Muchas veces, al limpiar cometemos pequeños olvidos o errores que afectan los resultados y hasta pueden dañar las superficies.
Aquí te compartimos algunos de los más comunes y cómo corregirlos:
1. Olvidar los lugares más sucios
Los gérmenes están en todas partes, pero solemos pasar por alto objetos de uso diario como:
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Teléfonos celulares
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Controles remotos
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Manecillas de puertas
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Grifos del baño
Inclúyelos en tu rutina de limpieza para reducir riesgos y mantener un ambiente más higiénico.
2. No involucrar a la familia
La limpieza no es tarea de una sola persona. Haz que todos colaboren:
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Los niños pueden ordenar su cuarto antes de salir al colegio.
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Acostumbrarlos al orden fomenta responsabilidad y administración del tiempo.
Pequeñas tareas compartidas hacen más fácil mantener el hogar en orden.
3. Mezclar productos de limpieza
Jamás combines productos como lejía y amoníaco.
Los limpiadores comerciales contienen ingredientes que, al mezclarse, pueden liberar gases tóxicos.
Recuerda: mezclar químicos nunca es buena idea.
4. Usar el químico equivocado
No todos los productos sirven para todo. Algunos limpiadores son específicos para ciertas superficies y pueden dañar otras.
Lee siempre las instrucciones y diluciones recomendadas antes de usar.
5. Pensar que “más es mejor”
Los productos de hoy en día son concentrados. Usar más de lo necesario:
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No limpia mejor.
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Desperdicia producto.
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Puede dañar superficies o electrodomésticos.
Usa solo la cantidad indicada.
6. Rociar directamente sobre los muebles
Aunque parezca más rápido, aplicar limpiador en spray directamente puede dejar manchas o dañar la superficie.
Lo correcto: rocía el producto en una microfibra y luego limpia con ella.
Con estos consejos tu limpieza será más segura, efectiva y duradera.

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