El óxido suele ser un verdadero dolor de cabeza porque muchas veces no sabemos cómo quitarlo sin arruinar la superficie. Pero existen varios métodos sencillos que puedes probar, según el tipo de mancha y el material que quieras limpiar.
1. Bicarbonato de sodio
Ideal para manchas pequeñas.
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Haz una pasta de bicarbonato y agua.
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Aplícala con un cepillo de dientes viejo sobre la zona oxidada.
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Déjala actuar unos minutos y retira con un paño limpio y seco.
👉 Repite el proceso varias veces si es necesario.
2. Limón y sal
Un remedio casero de toda la vida.
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Cubre la superficie oxidada con una mezcla de limón y sal.
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Déjala reposar un buen rato.
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Frota con una esponja de limpieza y seca bien.
Funciona muy bien en superficies metálicas poco dañadas.
3. Vinagre
Perfecto para objetos que se pueden sumergir.
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Coloca vinagre en un recipiente de vidrio.
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Sumerge la herramienta o utensilio por 24 horas.
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Retira y frota con un cepillo de alambre o esponja de limpieza.
Este método elimina capas de óxido de forma eficaz.
4. Papel aluminio
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Haz una bola de papel aluminio y frótala sobre la superficie oxidada.
⚠️ No lo uses en superficies delicadas como acero inoxidable de cocinas o refrigeradoras, ya que podría rayarlas.
5. ¡Bring It On! – la opción profesional
La forma más práctica y segura.
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Aplica ¡Bring It On! sobre la superficie.
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En acero inoxidable o electrodomésticos, retira con microfibra.
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En herramientas y utensilios, usa esponja “cero rayas”.
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Para óxido muy antiguo y acumulado, puedes apoyarte en una fibra verde.
✅ Lo mejor: Bring It On! limpia, desinfecta, no daña las superficies y es amigable con el medio ambiente. ¡Además elimina no solo óxido, sino todo tipo de manchas difíciles!






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