Muchas veces creemos que estamos limpiando bien, pero en realidad no obtenemos los resultados deseados.
Aquí te aclaramos algunos de los errores más frecuentes y cómo evitarlos:
1. Limpiar demasiado rápido
Muchos productos de limpieza, especialmente los desinfectantes, necesitan permanecer entre 5 y 10 minutos en la superficie para hacer efecto.
Si los retiras antes, no desinfectas nada y solo estás gastando producto y dinero.
2. Creer que la lejía sirve para todo
La lejía pierde poder desinfectante al mezclarse con agua o al entrar en contacto con materia orgánica (restos de comida, proteínas, etc.).
Por eso no es efectiva para todas las superficies, y usarla mal puede ser un desperdicio.
3. No leer las instrucciones
No todos los productos se aplican igual. Algunos son la segunda o tercera etapa de un proceso de limpieza.
Si no lees la etiqueta, corres el riesgo de dañar superficies, gastar producto de más y frustrarte con los resultados.
4. Perder tiempo separando la ropa
Un truco práctico:
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Haz que cada miembro de la familia ponga sus calcetines juntos (con un nudo o uno dentro del otro) antes de meterlos en el cesto.
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Coloca los pantalones ya al revés.
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Ten un depósito especial solo para ropa blanca.
Así, al lavar, ahorrarás mucho tiempo.
5. Limpiar sin guantes
La piel absorbe sustancias fácilmente. Incluso los productos naturales pueden resecar, irritar o dañar tus manos.
Usa guantes reutilizables con interior de algodón, que protegen más y son más cómodos.
Con estos consejos, tu limpieza será más efectiva, rápida y segura.

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