¡SED!
El grito de tu cuerpo por el agua.
Nada sabe mejor cuando tienes sed que un gran vaso de agua limpia y fresca.
¿Pero qué es la sed exactamente? ¿Por qué nos sentimos sedientos y qué es lo que provoca esa sensación?
Según los biólogos, la sed es una percepción subjetiva que estimula una urgencia por beber fluidos. Esta urgencia es un importante componente del sistema de supervivencia de nuestro cuerpo que ayuda a mantener el equilibrio de los fluidos internos. Tu deseo por fluidos puede provenir de diferentes fuentes, incluidos los hábitos, las costumbres, la cultura o las necesidades psicológicas, así como la respuesta física ante la pérdida de fluidos, incrementos hormonales y otros cambios en la química del cuerpo de los que ni siquiera estamos conscientes hasta que sentimos sed.
“Tu cuerpo tu agua”
Los fluidos – que incluyen agua y otros productos consumibles que contienen agua – son esenciales para mantenernos vivos porque tu cuerpo (adulto) es aproximadamente un 60 – 65% agua, y es incapaz de producir su propia agua. Tu pierdes agua todo el día mediante la respiración y el sudor, así como por la orina (aproximadamente 1.5 lt), y necesitas mantener tus niveles de fluido estables para poder mantener un sano equilibrio. Los adultos necesitan entre 71 y 69 onzas de agua al día, dependiendo de si son hombres o mujeres, y la necesidad de los niños puede variar según sus edades. Pero para apreciar profundamente cuán vital es el agua, dejamos la regla del 3 de supervivencia: Tú puedes sobrevivir solamente
3 minutos sin aire
3 días sin agua
3 semanas sin comida.
Para entender por qué el agua es tan vital, es importante saber cómo la utilizan nuestros cuerpos. El agua existe en tanto adentro como en medio de las células del cuerpo; puede ser un fluido intracelular (adentro de las células) como extracelular (fuera de las células).
Tu cerebro está a cargo de monitorear el balance de los fluidos en los sistemas intra y extra celulares. Ambos sistemas deben tener suficiente agua disponible para mantener el corazón, los pulmones, el cerebro, el sistema digestivo y el resto de órganos, incluida la piel. Mantener el balance de los fluidos en el nivel óptimo en todo momento es más difícil de lo que parece, porque todos perdemos agua durante el día al sudar, llorar, orinar y una variedad de otras funciones del cuerpo.
El grito de tu cuerpo por el agua.
Nada sabe mejor cuando tienes sed que un gran vaso de agua limpia y fresca.
¿Pero qué es la sed exactamente? ¿Por qué nos sentimos sedientos y qué es lo que provoca esa sensación?
Según los biólogos, la sed es una percepción subjetiva que estimula una urgencia por beber fluidos. Esta urgencia es un importante componente del sistema de supervivencia de nuestro cuerpo que ayuda a mantener el equilibrio de los fluidos internos. Tu deseo por fluidos puede provenir de diferentes fuentes, incluidos los hábitos, las costumbres, la cultura o las necesidades psicológicas, así como la respuesta física ante la pérdida de fluidos, incrementos hormonales y otros cambios en la química del cuerpo de los que ni siquiera estamos conscientes hasta que sentimos sed.
“Tu cuerpo tu agua”
Los fluidos – que incluyen agua y otros productos consumibles que contienen agua – son esenciales para mantenernos vivos porque tu cuerpo (adulto) es aproximadamente un 60 – 65% agua, y es incapaz de producir su propia agua. Tu pierdes agua todo el día mediante la respiración y el sudor, así como por la orina (aproximadamente 1.5 lt), y necesitas mantener tus niveles de fluido estables para poder mantener un sano equilibrio. Los adultos necesitan entre 71 y 69 onzas de agua al día, dependiendo de si son hombres o mujeres, y la necesidad de los niños puede variar según sus edades. Pero para apreciar profundamente cuán vital es el agua, dejamos la regla del 3 de supervivencia: Tú puedes sobrevivir solamente
3 minutos sin aire
3 días sin agua
3 semanas sin comida.
Para entender por qué el agua es tan vital, es importante saber cómo la utilizan nuestros cuerpos. El agua existe en tanto adentro como en medio de las células del cuerpo; puede ser un fluido intracelular (adentro de las células) como extracelular (fuera de las células).
Tu cerebro está a cargo de monitorear el balance de los fluidos en los sistemas intra y extra celulares. Ambos sistemas deben tener suficiente agua disponible para mantener el corazón, los pulmones, el cerebro, el sistema digestivo y el resto de órganos, incluida la piel. Mantener el balance de los fluidos en el nivel óptimo en todo momento es más difícil de lo que parece, porque todos perdemos agua durante el día al sudar, llorar, orinar y una variedad de otras funciones del cuerpo.
Yendo con la corriente
Aunque el cuerpo pierde agua de manera regular en los sistemas intra y extra celular, el total de la pérdida de cada sistema puede ser diferente. Por ejemplo, si el cuerpo pierde tanto agua como sal – lo que ocurre por muchas razones, como experimentar los molestos síntomas de un virus estomacal – el agua en el sistema extracelular muestra una mayor disminución que el agua en el sistema intracelular. La sal es uno de los componentes que juega un rol crítico en el balance de los fluidos, cosa que el cerebro organiza automáticamente cada día por todo el cuerpo, así como el azúcar.
Demasiada o muy poca azúcar o sal pueden causar estragos en tu mecanismo de sed. Y, cuando está demasiado caluroso, cuando estás enfermo, o cuando tu dieta incluye comidas o bebidas que afectan el balance de los fluidos en los sistemas intra y extra celular, es común que las pérdidas de agua incrementen, a veces a niveles peligrosos.
¡Emergencia de agua!
De día o de noche, cuando tus niveles de fluidos caen dentro o fuera de tus células, tu cerebro inmediatamente toma nota e inicia una serie de acciones complejas. Sus respuestas incluyen estimulación y secreción de hormonas y otros químicos potentes, activando partes específicas del sistema nervioso, y reduciendo la excreción de agua lo más posible. Pero aún si estas acciones ayudan a conservar el agua para actividades críticas, ninguna de ellas puede restaurar el balance de fluidos en tu cuerpo.
La única forma de que ocurra la restauración es que repongas la pérdida de los fluidos, que es porqué la sed es tu mejor amiga para siempre. Como mensaje inconfundible de tu cerebro para beber más agua, la sed es una parte clave en la serie de respuestas coordinadas que tu cerebro hace para mantener el volumen y composición del balance de los fluidos.
Y, como ya te habrás dado cuenta, a la sed no le gusta ser ignorada, que es porqué muchas veces provoca otras sensaciones físicas – como resequedad en la boca y la garganta o hambre – para dirigir tu atención a la fuente más cercana de saludable agua.
Si has estado fuera de contacto o despreciativo con tu mecanismo de sed últimamente, ahora es el momento de hacer las paces y criar cierta cercanía. Bebe mucha agua y renuncia a la cafeína durante unos días para resetear la puntuación. Ten mucho cuidado de tu sed y los mecanismos que la sustentan, porque ella siempre está cuidando de ti.
Conozca más:
¿Curioso sobre la sed excesiva? Aprende más sobre ella con el Instituto Nacional de la Salud de la Biblioteca Nacional de la Salud en http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/ency/article/003085.htm.
Aunque el cuerpo pierde agua de manera regular en los sistemas intra y extra celular, el total de la pérdida de cada sistema puede ser diferente. Por ejemplo, si el cuerpo pierde tanto agua como sal – lo que ocurre por muchas razones, como experimentar los molestos síntomas de un virus estomacal – el agua en el sistema extracelular muestra una mayor disminución que el agua en el sistema intracelular. La sal es uno de los componentes que juega un rol crítico en el balance de los fluidos, cosa que el cerebro organiza automáticamente cada día por todo el cuerpo, así como el azúcar.
Demasiada o muy poca azúcar o sal pueden causar estragos en tu mecanismo de sed. Y, cuando está demasiado caluroso, cuando estás enfermo, o cuando tu dieta incluye comidas o bebidas que afectan el balance de los fluidos en los sistemas intra y extra celular, es común que las pérdidas de agua incrementen, a veces a niveles peligrosos.
¡Emergencia de agua!
De día o de noche, cuando tus niveles de fluidos caen dentro o fuera de tus células, tu cerebro inmediatamente toma nota e inicia una serie de acciones complejas. Sus respuestas incluyen estimulación y secreción de hormonas y otros químicos potentes, activando partes específicas del sistema nervioso, y reduciendo la excreción de agua lo más posible. Pero aún si estas acciones ayudan a conservar el agua para actividades críticas, ninguna de ellas puede restaurar el balance de fluidos en tu cuerpo.
La única forma de que ocurra la restauración es que repongas la pérdida de los fluidos, que es porqué la sed es tu mejor amiga para siempre. Como mensaje inconfundible de tu cerebro para beber más agua, la sed es una parte clave en la serie de respuestas coordinadas que tu cerebro hace para mantener el volumen y composición del balance de los fluidos.
Y, como ya te habrás dado cuenta, a la sed no le gusta ser ignorada, que es porqué muchas veces provoca otras sensaciones físicas – como resequedad en la boca y la garganta o hambre – para dirigir tu atención a la fuente más cercana de saludable agua.
Si has estado fuera de contacto o despreciativo con tu mecanismo de sed últimamente, ahora es el momento de hacer las paces y criar cierta cercanía. Bebe mucha agua y renuncia a la cafeína durante unos días para resetear la puntuación. Ten mucho cuidado de tu sed y los mecanismos que la sustentan, porque ella siempre está cuidando de ti.
Conozca más:
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